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El masaje, hecho de forma adecuada, estimulará la hormona de la relajación, el sentirse bien y del parto, la oxitocina.

El secreto para hacer un buen masaje y que sea efectivo es: realizar movimientos repetitivos,  hacerlo despacito, con una presión agradable y un masajista que tenga confianza en lo que hace.

Las repeticiones permiten que el cerebro “desconecte”. De esta forma no piensa “qué vas a hacer ahora” o “vuelve a hacer lo que estabas haciendo”. Si alguna vez has acarizado a un gato sabrás los efectos de movimientos repetitivos lentos. Hazlo muy rápido o cambia constantemente lo que haces y el gato estará despierto y pendiente de lo que haces. Si le acaricias el lomo despacito de forma continuada veras que el gato empieza a ronronear y se tumba enseguida. Las mujeres son iguales durante el parto… repeticiones lentas y mantenidas harán que se relaje rápidamente, incluso durante las contracciones. El masaje durante el parto nunca tiene que ser doloroso. Las técnicas y manipulaciones que uséis deberían concentrarse únicamente en relajar a la futura mamá, no en aliviar la tensión y contracturas de los músculos.

Cuando la mamá esté de parto puede que no le apetezca que la toquen, o crea que quiere un masaje y luego cambie de opinión. El futuro masajista tiene que tener la suficiente confianza como para no tomárselo como algo personal. Si quien vaya a dar el masaje está estresado, preocupado o con miedo no podrá dar un masaje que transmita calma y relajación. El masaje tambien sirve para relajar al que lo da así que os puede beneficiar a ambos.

Algunos masajes que podéis practicar cuando llegue el momento del parto:

En la espalda:

Lentamente acaricia desde la base del cuello hasta el final de la columna. Este es un masaje muy relajante que puede ayudar a disminuir la ansiedad y la tensión arterial.

Puedes realizar presiones con el codo, los nudillos o el pulgar sobre la zona sacra si la mamá se queja de molestias en esta zona. La presión no debe ser mas que dolor placentero y mantenla hasta que la molestia desaparezca. No presiones sobre la columna sino en los músculos alrededor de los glúteos y a ambos lados del sacro.  Es importante no poner presión sobre los huesos del sacro ya que durante el parto estos tienen que moverse hacia fuera.

En la cara:

Una buena manera de aliviar el estrés y la tensión es acariciar suavemente desde las cejas hacia la cabeza, pasando los dedos por el cuero cabelludo a través del pelo. También puedes realizar movimientos circulares con las yemas de los dedos en las sienes para ayudar con la tension en la frente y los ojos.  De la misma manera puedes hacer movimientos circulares alrededor de la mandíbula hasta la altura de las orejas, esto hará que se libere la tensión en esta zona. El que se alivie la tension en la frente y en la mandíbula tiene un efecto rebote que hace que se quite la tensión del estómago y los abdominales, y una boca relajada implica un suelo pélvico relajado facilitándole el camino al bebé.

En la cabeza:

El masaje en la cabeza es normalmente muy relajante y ayuda a prevenir o eliminar dolores de cabeza. El masaje se puede hacer de dos formas: 1. haciendo rodar la piel de la cabeza bajo los dedos (se mueve la piel no tus dedos). Ésta forma es muy relajante.

2. haciendo movimientos circulares, pasa los dedos por el cuero cabelludo ayudando a que los musculos se relajen. Éste tipo de masaje puede ser vigorizante en vez de relajante si se hace rápido y con más presión.

En los pies y en las manos:

Cuanta más tensión aliviemos en manos y pies más tensión aliviaremos en otras partes del cuerpo.

Sujetando una de sus manos entre las tuyas usa los pulgares para aliviar la tensión. Colócalos en la parte central de la palma y mueve cada uno hacia un lado, separándolos. También puedes hacer estiramientos desde los dedos.

Para los pies masajea la planta del pie con el talón de la mano desde la base de los dedos hasta el talón. Sujeta la parte alta del pie con tu mano libre. Esto será muy relajante y evitará que le hagas cosquillas o que le duela.

En el cuello y los hombros:

Apoya las manos sobre los hombros de la mamá y apóyate ligeramente sobre ellos. Ésto ayudará a que relaje los hombros, luego masajea desde los hombros hasta los codos manteniendo un movimiento rítmico y una presión firme. Otra forma es apoyar las manos sobre sus hombros y usando los pulgares masajea haciendo pequeños circulos detrás de los omoplatos.

En el abdomen:

Realiza movimientos circulares o ligeras caricias en sentido ascendente usando toda la mano. De esta manera puedes conseguir que los músculos abdominales se relajen. Cuando el parto está siendo inducido con oxitocina esta técnica puede ser muy útil para ayudar a que el útero de la mamá se relaje entre contracciones. Es importante que la presión no sea excesiva para que no le resulte incómodo.

Estás leyendo este post gracias a nuestra colaboradora Marta de Frutos, Matrona en Casa, con más de 5 años de experiencia. Puedes ver su blog o su web.

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