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Uno de los mayores peligros que corren los niños en verano, además de insolaciones o golpes de calor, son los ahogamientos en las piscinas o en el mar. Las estadísticas de los casos de accidentes de este tipo cada año son alentadoras y los padres nos alarmamos cada vez que vemos una noticia relacionada con la muerte de un menor en televisión o en la prensa.

La Asociación Nacional de Seguridad Infantil advierte de este riesgo y recuerda que el 70% de los ahogamientos se producen en menores de 6 años y que 5000 menores mueren cada año ahogados en Europa, 3 de cada 4 casos en piscinas privadas.

No es necesario una piscina muy profunda ni de grandes dimensiones para que un niño se ahogue, sino que bastan 6 centímetros de profundidad para que ocurra lo peor. Ante esta alerta y la falta de una normativa que regule la seguridad de los menores en las piscinas, la Asociación Nacional para la Seguridad Infantil ha creado un decálogo para prevenir estos accidentes y alertar a los padres este verano.

1. Supervisión continua

Hay que estar atento cuando el niño esté en el agua y mantener una estricta vigilancia por parte del adulto a su cargo en ese momento, ya sean los padres, la cuidadora, los abuelos…La recomendación en este sentido es que se hagan turnos para vigilar al niño, de manera que uno no confíe en que el otro está vigilando y viceversa.

En muchas ocasiones, se producen accidentes porque la mamá cree que el padre está vigilando y éste piensa lo mismo, con lo cual, ninguno está supervisando al menor en un periodo de tiempo suficiente para que ocurra una desgracia.

2.Norma 10/20

Esta norma consiste en que cada diez segundos hay que mirar a la piscina donde se está bañando o jugando el niño, y a su alrededor y la persona que esté al cargo del pequeño debe ser capaz de llegar a ella en 20 segundos máximo. El adulto tiene que asegurarse de que puede alcanzar al niño con el brazo y evitar a toda costa las distracciones que pueden producirse por ejemplo con el móvil.

No dejes que una llamada, un wasap o un mensaje en Facebook te despisten. La salud de tu hijo es lo más importante y cuando está en la piscina toda vigilancia es poca.

3.Detectar riesgos

El camino que hay desde la casa, si por ejemplo es una piscina privada, hasta la piscina hay que protegerlo, de manera que el niño no pueda llegar al agua solo si tenéis un descuido.

Hay que detectar los posibles riesgos que hay tanto en el camino como una vez que llegue al recinto del baño.

4.Seguridad en los alrededores

Una vez detectados esos riesgos, es importante, según aconseja la Asociación Nacional de Seguridad Infantil, instalar dispositivos de seguridad para dificultar o impedir que el menor acceda a la piscina, tanto dentro como fuera de casa.

Poner una valla que rodee la zona de baño, un cerrojo o algo que le impida pasar fácilmente es muy útil en el caso de los más pequeños. Las barreras de seguridad son útiles para colocarlas en la puerta de su habitación o al inicio y fin de unas escaleras.

5. Aprendizaje y educación

Cuanto antes aprendan a flotar y más adelante a nadar, mejor. En la mayoría de ciudades hay cursos de natación para bebés y niños pequeños a los que puedes acudir con tu hijo. En ellos les enseñan a defenderse en el agua, a flotar, en caso de caídas y cuando son algo más mayores, tres o cuatro años, les enseñan a nadar.

A pesar de llevarle a algún curso o enseñarle a nadar, siempre debes estar alerta cuando se está bañando, ya que hay otros accidentes que pueden ocurrir en el agua como un golpe, caída o una mala digestión.

6.Dispositivos de rescate

Especialmente en sitios públicos o en lugares más grandes o alejadas como las playas, hay que tener a mano equipos básicos de rescate en caso de accidente, siendo principal un teléfono móvil para llamar a Urgencias, un salvavidas o una pértiga.

En las piscinas públicas hay socorristas y ellos se encargan del rescate pero a veces, tenerlo tú a mano no viene nada mal.

7.Orden

Dejar sus juguetes u objetos de atracción cerca de la piscina es un grave error que puede tener consecuencias. Muchos niños se caen al agua intentando coger sus manguitos que habían dejado en el borde tras el último baño o cuando han ido a por ese muñeco que tenían al lado de la piscina.

Por eso, el orden y el hábito de recoger todo lo que pueda llamar la atención alrededor del agua, son fundamentales para evitar este tipo de accidentes tan frecuentes cada año, que queremos evitar a toda costa.

8.Drenajes

Las piscinas tienen sistemas mecánicos para limpieza y drenaje del agua así como filtros que deben mantenerse alejados del alcance de los niños. El depósito de la depuradora y esas zonas de mantenimiento de la piscina hay que revisarlo con frecuencia y evitar que los pequeños se acerquen. Muchas lesiones se producen porque no pueden salir a la superficie debido a la succión de estos elementos, por lo que los adultos que estén vigilando al menor deben saber desconectarlos.

9. Elementos de seguridad

Según esta asociación infantil lo mejor son los chalecos, que lleven el sello CE y adecuados al peso del niño, mejor que los manguitos o flotadores.

Además de los sistemas de flotación hay elementos de seguridad que pueden evitar ahogamientos y que se diferencian en:

  • Elementos de seguridad activa, son aquellos que evitan el contacto del menor con el agua directamente como vallas en la piscina o cubiertas para que no puedan caer al agua. Es imprescindible que todas cumplan las normas AFNOR
  • Elementos de seguridad pasiva son los que nos permiten reaccionar a tiempo ante un accidente ya que te avisan cuando el niño entra en el agua.  (alarmas perimetrales y alarmas de inmersión)

10. Emergencias

Saber actuar ante una emergencia y conocer las técnicas de reanimación cardiopulmonar pueden salvar a más de uno. Por ello es aconsejable saber hacerlo así como tener claro el procedimiento que hay que seguir en caso de una emergencia de este tipo: conducta PAS (proteger, alertar y socorrer), teléfono de emergencia 112 y actuación de seguridad.

Además de este decálogo os dejamos con otros consejos para bebés y niños más mayores que no debes descuidar para que este verano todos disfrutéis del agua.

  • Obliga al niño a que haga la digestión antes del baño
  • Déjale que juegue en la zona donde hace pie
  • Introduce al pequeño en el agua poco a poco, nunca de golpe
  • Ten especial cuidado con los bordillos y las escaleras porque pueden resbalar y hacerles caer
  • No te olvides del sistema de flotación adecuado a su peso y/o edad

 ¡Ahora si podemos decir: al agua patos!

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