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Esterilizar biberones, tetinas, chupetes y todos los utensilios de alimentación del niño puede llegar a convertirse en una obsesión para muchos padres, especialmente los primerizos.

Hoy día, la recomendación de muchos pediatras es no pasarse con la protección del bebé en este sentido y dejar que se inmunice por sí solo sin preocuparnos en absoluto por la esterilización de todos los objetos. Otros, sin embargo, aconsejan hacerlo hasta los cuatro o cinco meses de edad o cuando el bebé acude a la guardería o se mete en la boca todo lo que encuentra a su alcance.

Entonces, ¿qué hago? Ni tanto ni tan calvo, sino lo que cada cual considere mejor. Además de seguir los consejos de tu pediatra puedes establecer una postura intermedia respecto a esterilizar o no los biberones de tu bebé o conocer los consejos y las diferentes opiniones de los profesionales en este sentido.

¿Qué dicen los pediatras?

Si hace décadas las mamás se obsesionaron con esterilizar todo lo que rozaba los labios de su bebé era por las recomendaciones que les daban los médicos especialistas cuando iban a sus consultas. Ahora eso ha cambiado aunque aún muchos sigan recomendando la esterilización hasta la introducción de la alimentación complementaria.

Antiguamente, las condiciones sanitarias de la población eran muy diferentes a las actuales: el agua a veces no estaba purificada o potabilizada, la refrigeración en algunos lugares era inalcanzable y la higiene de muchos hogares brillaba por su ausencia. Además de esto, las casas comerciales de productos infantiles lo indican en sus etiquetados, olvidándose de lo que los pediatras consideran más importante que es la higiene a la hora de preparar el biberón, como lavarse bien las manos con agua y jabón.

– El pediatra experto en neonatología Ernesto Sáez Pérez advirtió ya sobre esta costumbre de esterilizar todo sin seguir unas normas de higiene básicas. Sáez y otros pediatras de su misma opinión hacen varias recomendaciones al respecto:

  • Esterilizar los biberones, chupetes y tetinas del recién nacido antes de usarlos por primera vez. Los esterilizadores eléctricos o los de microondas serán de gran ayuda al principio y son muy seguros para quedarte más tranquila.

 

  • Lavarse las manos con agua y jabón. Antes de preparar el biberón, lo primero que tienes que hacer es lavarte las manos porque si no, de nada te servirá haberlo esterilizado. Es una de las recomendaciones en las que coinciden todos los profesionales.

 

  • Limpiar bien. Recoger los restos de comida o suciedad de la encimera donde vamos a prepararlo y limpiar la superficie o armarios en los que guardamos los biberones es fundamental.

 

  • Secarlos después del lavado. Después de lavar los biberones con agua y jabón, debemos procurar secarlos bien antes de guardarlos. Resultan muy útiles los escurridores especiales para ellos o si lo prefieres, puedes pasar un paño y secarlos a mano.

 

  • Lavarlos con agua y jabón. Entre uso y uso, no es necesario volver a esterilizarlos si no quieres. Bastará con lavarlos bien con agua y jabón y usar un cepillo largo para llegar al fondo, insistiendo en el cuello y la rosca del biberón que suelen acumular más suciedad.

 

– Por su parte, la pediatra del blog “Mi mamá ya no es pediatra” nos da tres razones por las que esterilizar los biberones no tiene por qué ser una obsesión:

  • Si esterilizamos el biberón, ¿qué hacemos hasta que se lo damos? Lo suyo es que lo hagamos justo antes de dárselo o precintar bien los envases, tetinas, chupetes, hasta su uso porque si no, vuelven a coger bacterias
  • La sensación de seguridad que da a los padres es falsa porque sin una higiene de manos previa a la preparación del biberón y la limpieza adecuada del mismo tras el uso no conseguimos nada solo con la esterilización.
  • Si el pecho no se esteriliza ¿por qué hacerlo con las tetinas?

– La opinión del pediatra Jesús Martínez, autor del libro “El médico de mi hijo” es más radical y afirma que “un bebé sano con una inmunidad normal, desarrolla un mecanismo de aprendizaje gracias al cual se va familiarizando con los agentes externos que nos rodean”. Con lo cual, Martínez cree que no vale de nada obsesionarse con la limpieza de los objetos del bebé y de nuestras manos ya que eso podría retrasar el contacto del bebé con el entorno y debilitarle más que beneficiarle.

En cuanto al agua utilizada para preparar la leche, este pediatra insiste en que vale con el agua del grifo o el que beban los padres en casa, según usos, manías y costumbres de la zona en la que vivan.

Esterilizar los biberones y objetos que el bebé va a llevarse a la boca es una cuestión de lo que los padres necesiten para estar tranquilos y cada cual hará lo que considere mejor para su bebé o lo que su pediatra le haya recomendado al respecto. La decisión la toma cada cual, pero siempre es bueno conocer la opinión de otros profesionales.

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